n el escudo de la ciudad de Santander está incluida la
famosa “Torre del Oro” de Sevilla. También está representada
Sevilla en el escudo de armas de San Vicente
de la Barquera, Laredo, Castro Urdiales y
Santoña.
Los hombres montañeses y sus naves, construidas en
astilleros del Cantábrico el año 1247, fueron los que
rompieron el puente de barcas y de cadenas que cerraba
el río Guadalquivir entre Sevilla y Triana. Gesta
histórica importantísima que logró para Fernando III el
Santo la conquista de la ciudad de Sevilla gobernada
por el rey Axataf.
En la iglesia de Santa María, de la villa de Laredo, en
el centro de la iglesia, junto a la bóveda, cruzándola,
hay una cadena de las que unía el puente de barcas de
Sevilla a Triana. Desde entonces, las relaciones entre
montañeses santanderinos y sevillanos han sido de
cordialidad extrema, porque estos vínculos son de
amor y de agradecimiento, por parte de los andaluces,
a los que vinieron por el río, con su escuadra, para librarnos
del yugo musulmán.
Ramón de Bonifaz y Camargo nació en Burgos el
año 1196. Marino y mercader, navegó por el Mediterráneo
y se estableció en Burgos. Enviudó muy joven.
Se casó en segundas nupcias y tuvo dos hijos, ganó dinero
y compró casas en la ciudad castellana que le vió
nacer, cerca de la catedral, en la calle Cantarranas, hoy
calle del Almirante Bonifaz. También fue nombrado
alcalde de Burgos.
El rey Fernando III el Santo se entrevista con Bonifaz
el año 1246 en Jaén. “Un omne de Burgos”, según
la “Primera Crónica General” descrita por Ramón Menéndez
Pidal.
La entrevista es secreta. El Rey le encarga que prepare
una flota lo más presto que pudiese, para entrar
por el Guadalquivir hasta Sevilla, y lo nombra “Primer
Almirante de la Armada Castellana”.
En Santander, Laredo, Santoña, San Vicente de la
Barquera y Castro Urdiales, se trabaja con ahinco, preparando
barcos y hombres para la toma de Sevilla.
Al nombrar a Bonifaz Primer Almirante de la Escuadra,
se creó la palabra “Almirante”, de origen musulmán,
que quiere decir “señor del mar”. Luego este
término lo acogieron todas las marinas del mundo.
Desde el mes de marzo hasta agosto de 1247 se organizó
la gran escuadra. Se bordeó la península ibérica
por las costas portuguesas hasta que en el mes de
agosto pusieron vista a la desembocadura del Guadalquivir,
en bonanza. Allí se encontraron con naves musulmanas,
librándose una batalla con la victoria de los
de Santander.
Siguieron las escaramuzas y las batallas navales en
el curso del Guadalquivir.
Fernando III el Santo estaba en el campamento de
Bellavista, sitiando Sevilla. Al tener noticias que la escuadra
de Bonifaz estaba en aguas del Guadalquivir,
decide ir a verlo por el “Vado de las Estacas”. El 16 de
agosto abraza a Bonifaz.
Siguen las batallas con gran éxito para los montañeses.
Aguas arriba, es Bonifaz quien va al encuentro del
rey a la altura de Bellavista, en el castillo de Guadaira,
en presencia del gran maestre de Santiago. Pelayo
Pérez Correa; de Garci Pérez, Suárez Gallinato y otros
capitanes. Allí se ultima, en secreto, la conquista de
Sevilla.
La escuadra, con vientos favorables, se acerca a la
ciudad. Dos naves realizan el ataque para romper el
puente de barcas y cadenas entre Sevilla y Triana. Una,
mandada por Bonifaz; la otra, por Roy Pérez de Avilés.
Éste, embiste con su navío y golpea con fuerza contra
el puente. No hay resultado satisfactorio. Las flecha,
arcabuces y balas de cañón surcan el aire contra las
naves. Bonifaz viene detrás. Espera vientos más fuertes. Se levanta, pasada media hora, una corriente propicia
y la nave de Bonifaz, a manera de ariete, ya
preparada para este ataque, se lanza contra el puente.
1. Escultura de Ramón
Bonifaz. Monumento a
San Fernando en Sevilla.
Autor José Lafita.
2. Fernando III, el Santo,
cuadro de Murillo
(1671). Se halla en la
Biblioteca Colombina
de la Catedral de Sevilla.
3. Muchos municipios de
Cantabria tienen en su
escudo la “Torre del
Oro” de Sevilla.
Al fondo la “Giralda”.