ue sencillo ponerse de acuerdo. El viaje sería del
4 al 11 de junio. Avión desde Madrid a Casablanca
y Agadir y posteriormente en coche hasta
Sidi Ifni.
El general de brigada Maldonado de Arjona y
los coroneles Tejedor del Saz y Luis Aramendía,
los tres en situación de retirados, estaban dispuesto
a vivir “in situ” los recuerdos profesionales
y familiares que cuarenta años antes, desde la
retrocesión de Ifni a Marruecos el 30 de junio de
1969, habían tenido en sus 27 años de servicio en
Tiradores y Policía en aquel Territorio.
Si bien es fácil escribir sobre tantos recuerdos y
vivencias resulta imposible explicar los sentimientos
y emociones vividas, durante esos largos años.
CONTRASTES es la palabra adecuada para
definir mejor a Sidi Ifni. Unas casas viejas, otras
abandonadas, muchas en proceso de rehabilitación
o con un piso añadido. Abundan las antenas
parabólicas o los paneles solares. Calles que conservan
su nombre en español. Casi todas las calles
asfaltadas y bien iluminadas Un barrio
“General Agulla” que ellos denominan “Colominas”
en recuerdo a su constructor multiplicado
por cinco en edificación, con su mezquita propia
y bus urbano.
Un aeropuerto con terminal y pistas abandonadas
a su suerte. En el lado del Bulalam se ha
construido bastante. Enfrente, entre las pistas y
los acantilados al mar, se ha levantado la urbanización
“Amical” cuya calle principal de extiende
desde el Hospital hasta el Puerto. Repletas de
chalets y nuevas viviendas muchas pertenecen en
calidad de segundas viviendas principalmente a
franceses, alemanes y hebreos.
El instituto y la escuela laboral siguen funcionando
y el hospital está como lo dejamos hace 40
años. Los pocos edificios que son propiedad de
España están totalmente abandonados. La limpieza y los jardines están descuida-
Y pasaron
Luis Aramendía Garbala
Coronel de Infantería
40 años
Y pasaron
40 años
F
dos y sus más
de 20.000 habitantes, nos cuenta Hassan Lahsen,
cuentan con 12 mezquitas y 6 farmacias y cabinas
telefónicas por doquier.
Al abandono de nuestro singular puerto se ha
levantado otro más funcional que alberga una
flota pesquera de unos sesenta barcos y que
cuenta con una cincuentena de camiones frigoríficos
que reparten el pescado por toda la zona.
Las GENTES de Sidi Ifni son amables y hospitalarias,
recuerdan con agrado el periodo español,
se deshacen en elogios hacia España. Los jóvenes
que hablan mejor francés además del árabe sufren
la crisis y el paro y en ocasiones acuden a las pateras,
les separa 36 horas de Lanzarote.
Tomamos el té en casa de los sargentos de la
Policía Abdelah y Ben Aisa con cerca de 90 años
y repasamos la “lista de revista” en la que la mayoría
habían fallecido por razón de edad.
Los jóvenes utilizan móviles, tienen ordenadores,
manejan el correo el electrónico y Youtube,
con ellos están en contacto con todo el mundo.
Hacen botellón –sin alcohol– preferentemente en
la barandilla que va de la iglesia a la piscina,
sobre los acantilados. Les gusta las primeras
horas de la noche. Los mayores prefieren los tradicionales
cafetines en que conversan o juegan.
EL INTERIOR de Ifni está comunicado en gran
parte por carreteras asfaltadas. Nos acercamos al
Buyarifen, el Coraima, a un ruinoso Id Nacus,
dimos la “vuelta al horizonte” desde el “Pico del
Águila” hasta Sidi Uarsik, recordamos muchas
cotas y muchos nombres de las posiciones defensivas.
Guiados siempre por Hamza recorrimos
parte de los 1.500 km2 del Territorio, y los planos
topográficos nos acercaron a puntos del Territorio
con cerca de 60.000 habitantes.
La playa de Legzira, próxima a Buyarifen, a 8
kms. de la capital, es un buen lugar para pasear o
darse un baño y tomar un tallin. Dispone de apartamentos
y tiene futuro.
Pasamos por Sidi Mohamed Ben Daud lugar de
pase fronterizo, bisemanal, entre España y Marruecos...
Existen cooperativas aceiteras de
chumbos y argán.
No podía faltar nuestro silencioso homenaje a
más del centenar de compañeros caídos defendiendo
la bandera de España y visitamos zonas de gestas heroicas (Para cuándo un homenaje nacional
a los muertos en acto de servicio de la última
guerra de España), como Sbuia (Tzelata), el
T´nin de Amel-lu, Tiliun, Tiugsa, Mesti, etc.
GOULIMIN fue un viaje más distendido. A 50
Kms. de Sidi Ifni, acompañados por Mohamed
Bouzalim (Meki), perteneció a Francia. Su auge
comercial es constante, sus zocos callejeros y comercios
dan trabajo a los más de 30.000 habitantes,
en la llamada “Puerta del desierto”. Hace
más de nueve siglos ya se dedicaba al comercio,
por ella pasaban caravanas de oro, telas y especias
procedentes de Níger, Malí o Senegal.
de Marruecos. Y así es. Es equiparable a otras ciudades europeas. Recorrimos sus calles antes de regresar. Destruida por un terremoto en 1960, ha renacido de sus escombros.
Desde el monte que alberga la Kasbah Oufella
se puede contemplar las amplias avenidas, zonas
residenciales, el puerto y la playa. En su ladera,
iluminada de noche, se puede leer el lema “Dios,
Patria, Rey”.
LA ESPERANZA está en sus habitantes. Esperan que llegue el mes séptimo (Julio), se segreguen como provincia autónoma de Tiznit, tengan gobernador propio, mejoren las dotaciones presupuestarias. Que no vuelvan a manifestarse violentamente contra el Gobierno pidiendo más atención a su desarrollo.
TIZNIT está a mitad camino de Agadir y Sidi
Ifni... Para- mos tanto a la ida como a la vuelta.
Tras reponer fuerzas visitamos una ciudad, hasta
ahora capital de provincia a la que pertenece Ifni,
que an- tes tenía un centro comercial típico moruno,
rodeado de murallas almenadas y torres
cuadradas, y hoy dispone de amplias avenidas y
un co- mercio floreciente de traba- jos de orfebrería
principal- mente de plata y también de oro y cuero.
AGADIR es conocido mun- dialmente como uno
de los principales centros turísticos
Antes de la partida, el Pácha, (Alcalde) nos recibió
en su despacho y nos obsequió con un té y
dulces y una amena conversación. Posteriormente
nos invitó a visitar el antiguo palacio del
Gobernador General, hoy residencia de persona- lidades,
y que está en fase de rehabili- tación.
Dejamos un pueblo pacífico, tranquilo, sin delincuencia.
Con buen clima todo el año. Con extensas
playas y un mar bravo y amenazante. Una
ciudad típicamente moruna, muy barata, que aspira
a modernizarse.
Y la paz.