El conjunto así obtenido
como Escudo de
la Hermandad es lo que
entendemos por armería.
La manera de describirlo
debe adaptarse a la
correcta forma heráldica
de decir el blasón. Tiene un
orden preestablecido y un
léxico preciso, para conseguir que un heraldista,
de cualquier nación, al leer la armería, defina
el escudo sin lugar a confusión o error. La
descripción exacta sería la siguiente:
ARMERÍA: De sable, tres guanteletes armados
con espada mellada, bien colocados,
de oro; bordura de gules cargada de seis bezantes
y lema a los costados “SE MELLARON
DEFENDIENDO” en oro. Timbrado con
yelmo de hidalgo antiguo y adornado con
lambrequines de hojas de acanto.
Gumersindo Baragaño Galán
Coronel Presidente de la Real Hermandad en Asturias
Diplomado en Heráldica Militar
P
or unos pequeños problemas de maquetación,
la publicación de la primera parte de este artículo
en el número 303/ 8. año 2009 de nuestra
Revista, se han deslizado algunas irregularidades
de concordancia entre el texto y la imagen
correspondiente, que esperamos haya sido feliz
e inteligentemente salvada por el lector.
En el capítulo anterior se hizo un recorrido
por la historia de nuestro escudo hasta su aprobación
oficial. Se fijaron una serie de conceptos
heráldicos y se justificó el blasonado de la
armería para que nuestro escudo recogiera la
esencia de la Hermandad, su espíritu
militar y la comunión de todas
las fuerzas armadas de Tierra,
Mar y Aire y Guardia
Civil.
II
ESCUDO
II
Este es el escudo que se utilizó desde el año
1998 en todos los actos oficiales de la Hermandad,
sobre el uniforme de veterano, banderines,
en la cabecera de nuestra revista, así
como en diplomas, membretes y artículos para
actos sociales.
Ha sido, sin duda, este distintivo el que presidió
el impulso de nuestra Hermandad dado
por el General de División José Colldefors Valcárcel
siendo Presidente de la Junta Nacional,
en cuyo mandato fueron actualizados los Estatutos,
pasando a denominarse la asociación
“Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas”, aprobado en Asamblea
General, nombre más acorde con
la realidad del momento para
englobar a los componentes y
análogo a las instituciones semejantes
de países de nuestro
entorno.
Se confeccionaron estandartes
para todas las Delegaciones
Provinciales y Locales
resaltando en el anverso la armería
que nos distingue, y
con ellos desfilamos
orgu-
llosamente
por primera vez, en
uno de los actos más importantes
de la Herman-
dad,
el “I Día del
Veterano” que tuvo lugar en Madrid.
Durante el mandato del General
Colldefors se confeccionaron a nivel
nacional
los
carnés de socio uniformando
su formato, figurando en la
tarjeta, junto con
la bandera nacional,
el escudo de la Hermandad. Determinado
el uniforme
de
Veterano, el distintivo se
colocó sobre el bolsillo de la chaqueta y como em-
blema
de la boina.
Más tarde, siendo nuestro Presidente el Teniente
General Agustín Muñoz-
Grandes Galilea, el 29 de
enero de 2004 se aprobó la
creación de la Meda-
lla al Mérito
de la Hermandad en la
que figura nuestro escudo, lo
que sin
duda ha dado lugar a
conocerlo y prestigiarlo en
todos los ámbitos militares
y
civiles
como distintivo de la Hermandad
de Veteranos de las
FAS y de la
Guardia Civil.
Recientemente, también bajo
la presidencia del General
Mu-
ñoz-Grandes, y accediendo
S.M. el Rey a la petición que
tan
amablemente le ha sido formulada,
ha tenido a bien conceder
el Título de Real a la
Hermandad de Veteranos de las
Fuer-
zas Armadas y de la Guardia
Civil. Así lo comunica el Jefe de
la Casa de S.M.
el Rey en escrito bo-044/07 de fecha 5 de fe-
brero
de 2007, para conocimiento y efectos.
Es de hacer constar que el rey Juan Carlos I es un
miembro más de la Hermandad a la que siempre
ha distinguido y apoyado, a la que siempre ha exhortado a seguir en la línea marcada por los Estatutos,
asistiendo, cuando sus ocupaciones lo permiten,
al acto más importante de la Hermandad
como es el Día del Veterano, y aceptando la distinción
de ser nuestro Presidente de Honor.
Muy pocas instituciones logran, en nuestros días,
el Título con que ahora nos distingue nuestro Rey,
y ello debe de ser un timbre de gloria y orgullo
para todos los miembros de la Hermandad, con el
consiguiente efecto de que la armería que nos identifica
lleve como símbolo diferenciador la corona
real.
LA CORONA REAL
La corona real es el símbolo de la
autoridad de un monarca.
En muy pocas ocasiones
se utilizan las coronas
como divisas de
la composición del escudo
o blasón, siendo la
regla más común sumarla
a éste, para indicar el título
del blasonado, cuando este privilegio
se obtiene por decisión real.
La corona Real que en este momento se utiliza
en España es la denominada
cerrada, que está formada
por un cerco o círculo de oro, enriquecido
con
piedras preciosas, decorada con ocho florones
de hojas de apio
interpolados con ocho puntas de
oro más bajas terminadas en per-
las, e igual número
de diademas de oro cargadas de perlas, rema-
tadas
con un orbe cruzado situado encima y forrada de
gules.
Es-
ta descripción corresponde con la representación
que se acompaña,
aunque pueden encontrarse
otras dibujadas más artísticamente pero
que no deben apartarse de la descripción heráldica
reseñada.
El arte del blasón es bastante escueto con el uso
de esta pieza en el es-
cudo,
que deberá emplearse
como cimera. En este caso sólo han de tenerse en
cuenta dos reglas: que la punta de la corona esté
pegada al centro de la boca del escudo y que la
boca de la corona sea de menor anchura que el escudo,
considerándose como representación ideal
el no sobrepasar los dos tercios de ésta.
CAMBIO DE LA ARMERÍA
Sin lugar a dudas, después de doce años de vigencia
del distintivo de la Hermandad, muchos de
los miembros que la componen ya estaban familiarizados con el escudo timbrado
con yelmo de hidalgo antiguo
y adornado con lambrequines.
Algunos, incluso, recibieron
el emblema en el momento de
su ingreso en la Hermandad.
Parecería ahora que cambiar
el emblema que nos ha distinguido
durante tanto tiempo,
sería como perder parte de
nuestra identidad.
Nada más lejos de la realidad.
En la historia de la heráldica
nobiliaria es fre-
cuente
encontrarse con armerías que han evolucionado
con el paso del tiempo sin perder su
identidad, es más, los primeros escudos tan primorosamente
exornados perdían su complicada representación
cuando el poseedor, por sus méritos,
por sus acciones victoriosas o por favor real a los
servicios prestados, era distinguido por el monarca
con un Título de mayor honor. Entonces su escudo,
sin perder la armería, era timbrado únicamente con
la corona correspondiente, bien visible, para mostrar
con orgullo, sin adornos de ninguna clase, la
dignidad alcanzada. En estas situaciones, se entiende
bien que coronar nuestro escudo con la corona
real, tras haber concedido el Rey el Título de
Real a la Hermandad, debe de ser para nosotros y
para nuestro escudo, el único y mayor timbre de
honor.
Por tanto, fue sometido a estudio por la Junta
Nacional la pertinencia de afrontar el cambio de
representación de nuestra armería y posteriormente
sometida la decisión adoptada a la aprobación de la
XLIX Asamblea Nacional, presidida por el General
del Aire D. Eduardo González-Gallarza Morales,
Presidente Nacional, celebrada en Madrid los
días 7 y 8 de mayo de 2009. Después del interesante
y esclarecedor debate suscitado sobre este
tema del Orden del Día, que ocupó tiempo en las
dos jornadas asamblearias, se ha llegado a la conclusión
de la oportunidad de la actualización del
escudo de la Real Hermandad de Veteranos de las
Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, quedando
como sigue:
ARMERÍA:
De sable, tres guanteletes empuñando
espada mellada, bien colocados, de oro;
bordura de gules cargada con seis bezantes de
oro y lema a los flancos “SE MELLARON DEFENDIENDO”
en letras de oro. Timbrado con
Corona Real cerrada.
Esta es la descripción aceptada para la consiguiente
modificación del artículo 2º de nuestro Reglamento,
suprimiéndose la referencia a los
adornos exteriores de lambrequines así como el
yelmo de hidalgo antiguo, que se sustituyen por el
timbrado con la corona real, realzando orgullosamente
con ello el Título que S.M. el Rey ha tenido
a bien conceder a nuestra Hermandad, privilegio
que, por otra parte, no es frecuente obtener en el
ámbito institucional.
EMBLEMA DE BOINA
También en dicha Asamblea,
una vez aprobado el
escudo, se trató consecuentemente
sobre el cambio
del emblema
de la boina
del uniforme
de Veterano. A
este respecto
se llegó a la
conclusión de
la oportunidad de
confeccionar uno
que tuviera analogía
con el utilizado en las
Fuerzas Armadas y
Guardia Civil, de las que todos
procedemos, presentándose un modelo homo-
géneo
que fue aceptado para posterior confección, en
el que básicamente se
conjugan los adornos ya
existentes en nuestros Ejércitos y que en nada se
oponen al concepto heráldico ni a la tradición militar
de su origen.
Básicamente se optó por un emblema de fácil
confección ya que
se
cuenta con los elementos de
composición como son los “robles” y
la “corona
real” utilizados en la uniformidad del Ejército de
Tierra,
y
que solamente es necesario añadir nuestro
escudo, bien en metal
dorado o con esmaltes,
para conseguir un conjunto armónico seme-
jante al
de la figura adjunta. El emblema se ha concebido
sobre una
base
rígida del mismo color azul de
nuestra prenda de cabeza, idéntica
a
la que usa el
personal de la Casa Real. Queda pendiente hoy la
confec-
ción del distintivo de la boina, que debe ser
idéntico para todos y aprobado
por la Junta Nacional.
Con ello damos por finalizado este estudio, con
la esperanza de que nuestro escudo siga presidiendo
los acontecimientos más importantes de la
Real Hermandad.