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Fernando Sánchez Fernández
Coronel de Infantería
a Antigüedad es un grado. Defendiendo cada regimiento
el suyo, durante muchos años se han escrito
ingente cantidad de páginas alegando cada
cual sus razones basadas en su fecha de creación
o buscando orígenes remotos amparados en tradiciones
históricas.
Esa antigüedad, entonces, no era cosa baladí,
pues no sólo era el honor la cuestión, sino el de
las prebendas y privilegios. Así, en el Inmemorial,
por ser considerado como la Unidad más antigua
del mundo, estaba dispensado, no sólo de abandonar
el territorio nacional, sino de guarnecer fortalezas
salvo que el rey estuviera en ellas.
También estaba en que su uniformidad se distinguiera
del resto de regimientos, así el nuestro,
por ser Coronelía de la Guardia del Rey, portaba
en su cuello coronas que cedió cuando se creó la
Guardia Real, tomando a cambio el número 1
sobre la corneta de la Infantería, que por cierto fue
perdiendo ese emblema de distinción con el correr
de los tiempos. Desde aquí echamos una
avispa cariñosa a los Coroneles para que los recuperen,
que yo ya lo intenté en 1996, pero entonces
recién regresado el Regimiento después del permiso
de 10 años que la patria le tuvo ausente al
disolverle, sonaba al mismo “chino” que estudiábamos
en la academia y no lo conseguí.
Todo ese mundillo sobre la antigüedad originó
multitud de encontronazos y polémicas, imposible
de recordar y enumerar, pues no solo las ventajas,
eran por decirlo suavemente, morales.
También había otras que podemos denominar físicas,
pues no era lo mismo desplazarse por aquellos
lugares de entonces delante que detrás,
comiéndose literalmente el polvo y la suciedad
que dejaba el que nos precedía, si no que además,
el primero en llegar obtenía mejor hospedaje, mejores
zonas de vivac o podía adquirir mejores
viandas de los lugareños.
Cuando mandaba el regimiento que estamos tratando,
tenía en mi S-4 al Capitán D. Juan Medrano
Fernández, estudioso de la historia y amante de
las tradiciones, hoy Comandante de nuestro Batallón
de transportes Conde de Humanes, quien me
proporcionó datos muy interesantes sobre el
asunto. De justicia es reconocérselo desde aquí.
Antes de seguir,
será bueno recordar lo que apunté
en la Revista Ejército, en su número 754 de
2004, cuando en 1994 y con motivo de la recepción
que la Embajada inglesa dio por el cumpleaños de su
Reina en Atenas, la conversación que su agregado militar
Brigadier Gaven Bulloch, tuvo con el nuestro, Coronel
Manuel Ayora, manifestándole su estupor y
alegría cuando tuvo la noticia, de que por el Plan Meta
en 1984, el ejército español había hecho desaparecer al
Regimiento Inmemorial, la Unidad más antigua del
mundo y la que dio origen a los ejércitos permanentes,
y alegría por que ahora quedaba decana una unidad
inglesa, concretamente el Regimiento First Scots en el
mundo.
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Esta noticia la explotó en Madrid nuestro Agregado
Militar, con el resultado de que a los pocos meses, en
1995, se suprime la Agrupación de Tropas del Cuartel
General del Ejército, y vuelve a su vida activa al Regimiento
Inmemorial del Rey nº 1. Este error en su disolución
lo pagó nuestro Regimiento con la pérdida de
10 años en su historia y el tener que reconocer ante un
inglés que le debemos un favor.
La antigüedad de todos los Regimientos o Unidades
que no tengan fecha fija de su creación, se basan en tradiciones
escritas o incluso de tradición oral. Nuestro
regimiento sabido es por todos, que se creó en 1634 por
el que fue su primer Coronel, el Conde-Duque de Olivares
y San Lucas, que le dio el pendón morado, la Virgen
del Rosario por patrona, como escudo el castillo
emblema del Rey Fernando III el Santo y tu-
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vo como
mote
“El Freno” porque su
principal cometido fue sujetar
las apetencias de la nobleza armada y díscola.
Precisamente por eso, se formó con las tropas más
veteranas y fogueadas que había entonces. Esas tropas
que arrastran su historia de ser selectas desde tiempos
de los Reyes Católicos, con la formación de las Guardia
Reales que participaron en la toma de Granada. Las
mismas herederas que formaron la Banda de Castilla,
y antes, con las que fueron nuestro origen cuando el
Rey Fernando III el Santo conquista Sevilla en 1248 y allí, admirado del arrojo de la fuerza encargada de la
toma del barrio de Triana, decide no licenciarlas, como
era costumbre hacerlo al final de la campaña y quedando
con ellas, dio origen al concepto de ejército permanente
y a la piedra de arranque del origen de nuestra
unidad, la más antigua del mundo, que hizo que el Rey
Carlos III le diera patente de inmemorial para ponerla
al abrigo de toda la competencia, independientemente
de que la fecha como tal Regimiento de Infantería sea
1634.
Por lo que no es más antiguo que el inmemorial
como Unidad, el Regimiento francés Picardy, en la actualidad,
primer Regimiento de Infantería “Plus Vieux
Regimiento de la Chrétienté”, creado en 1569, en el
campamento de La Rochefoucauld por el Coronel
Strozzi, siguiendo el modelo español de los Tercios
(ahí es nada), aunque otros fijan su creación en 1562
cuando formó parte de la defensa de París contra los
hugonotes, y luchó en la batalla de Dreux, aunque hay
otros que fijan su antigüedad en 1558. Los franceses lo
consideran la Unidad más antigua remontando sus orígenes,
basándose en las tradiciones (como todos), incluso
a 1479 con la creación con Luis XI de las Bandas
de Picardie (todos tenemos Bandas), en los campos de
Pont de L´Arche.
Tampoco es más antiguo que el Inmemorial como
Unidad, el Regimiento británico “First Royal Scots”
organizado en 1633 por Sir John Hepburn, en virtud
de una Real Orden del Rey Calos I de Escocia, reclutando
1200 escoceses para el servicio de Francia y
cuyo embrión puede encontrarse en el núcleo de tropas
que este Coronel mandaba desde 1425 al servicio del
Rey Gustavo Adolfo de Suecia. Este Regimiento es apodado
como “Guardia de Coros de Poncio Pilato”.
En el siglo XVII surge entre
ambos Regimientos
una célebre discusión
por
motivos
de
antigüedad en la que
el Coronel Douglas,
Jefe del First
Royal
Scots, alardeó de que su
Regimiento había dado
origen a la Guardia Pretoriana
de Poncio Pilatos.
El
francés no se inmutó y
aseguró que su Regimiento,
también había estado
allí dando protección
en la
cru-
cifixión de Jesucristo
y preguntó a los británicos
con
sorna, si habían
sido ellos los que habían
montado
guardia en el Sepulcro. El escocés con flema británi-
ca
contestó: “Evidentemente
no… de haber sido así,
el cuerpo no hubiera
desaparecido”. De ahí su sobre-
nombre.
Igualmente no es más antiguo que el Inmemorial
co-
mo
Unidad, el “Den Kongelige Livgarde” “Reales
Guardias”. Unidad sueca que reivindica una antigüe-
dad
de 1521 y que en cualquier caso, entonces no
era
más que una escolta selecta de 16 Soldados y cuya
creación
tuvo lugar en virtud de las órdenes dadas
por el
Rey Federico III en el castillo de Copenhague
el 30 de
julio de 1658, a su primer jefe, Federico Ahlefeldt.
De la misma manera, no es más antiguo que el Inmemorial
como Unidad, el Regimiento de Infantería
nº 6 de Prusia, el más famoso pero no el más antiguo,
creado en 1675 al mando del mismo Rey Federico
III, y que fue disuelto como consecuencia
de la derrota de Prusia ante Napoleón
en 1806. Sus miembros eran conocidos por
los pobladores de Potsdam, con el nombre de
“Lange Kerls” “Chicos Largos” y otro nombre,
con que el Regimiento fue conocido fue
el de “Potsdamer Risengarde”. “Guardia gigante
de Potsdam”. La altura requerida era de
1,80 cm. Muy por encima de la media de la
población y llegó a tener soldados de 2,17 cm.
Curiosamente el Rey al que servían no alcanzaba
los 1,55 cm. de altura. El Regimiento de
Infantería nº 14 sería el más antiguo del ejército
Prusiano, creado el 1 de mayo de 1626 a
base de 3.000 hombres distribuidos en 15
compañías al mando del Coronel Hillerbrand
V. Kracht.
Tampoco sería más antiguo el cuerpo
de Jenízaros, creado hacia 1.330 por el
Sultán Othan I, gobernador del incipiente
Imperio Otomano. Estuvo en
un principio formado por combatientes
no musulmanes, sobre todo
jóvenes cristianos y prisioneros de
guerra. Los Jenizaros se convirtieron
en el primer Ejército otomano permanente
sustituyendo a fuerzas que estaban
formadas sobre todo por guerreros tribales,
en cuya lealtad y moral no siempre se
podía confiar. Fueron abolidos y masacrados
por el sultán Mahmund II en
1826.
Volviendo a España fue en 1390,
cuando Juan II ordena la creación de un
ejército fijo y del que formó parte la
Guardia Real, continuadora de la antigua
Banda de Castilla y que seguramente
sea Unidad semejante a la que
Don Diego Hurtado de Mendoza describe como Regimiento Real. En 1501, al no disponer
el Rey de tropas suficientes que participaran en
sus campañas, ordenó la creación de varios Regimientos,
más modernos que el embrión del actual Inmemorial
pero sí más antiguos en lo referente a la
denominación con la palabra Regimiento.
Si el Regimiento inglés hubie- ra hecho guardia en el
Sepul- cro de Jesús… Bien sabía el Brigadier inglés que
por desa- parecer el español, la Unidad más antigua,
quedaba una Unidad inglesa decana y todo ello sin
asomo de dudas. Pero el Inmemorial resucitó, al parecer
igual que en el Se- pulcro de Jesús aprovechando
que ellos no hacían guardia. El mando en Madrid supo
estar a la altura si hubo error, pues de sabios es rectificar. Estamos seguros de que el General Gaven Bulloch
habrá maldecido más de una vez la ocurrencia de
haber tenido semejante conversación con el Coronel
Español. Pero, como lo cortés no quita lo valiente, nosotros
le estaremos siempre agradecidos al inglés, pues
el
español, coronel D. Manuel Ayora Santiesteban, se lo reconoció en el Inmemorial, quien aprovechando una de sus formaciones, le nombró miembro de la CORONELÍA DE LAS GUARDAS DEL REY.
Y COMO FINAL AVISO A NAVEGANTES: CUANDO ALGUIEN
LUCHA POR ENTERRAR LA ANTIGÜEDAD DEL Inmemorial
como Unidad, está ayudando a poner pedestales a Unidades
extranjeras. Todo ello dicho en corto y por derecho.