y las Operaciones Ifni-Sahara
tierra de la 6ª Bandera de la Legión. Sin embargo, por culpa de las malas condiciones meteorológicas, según unos, o de ciertos condicionamientos de política internacional según otros, el lanzamiento fue suspendido, con lo que continuó el régimen de protección de convoyes, reconocimientos armados, seguridad y defensa de posiciones, etc., hasta el 30-01-58 se realizó el traslado a Aaiun por vía aérea, para la ejecución de las operaciones antes citadas de Smara y Hagunía a los pocos días.. En conjunto, estas operaciones representan los dos mayores lanzamientos en acciones de guerra efectuados hasta hoy, y las primeras operaciones multinacionales y extrapeninsulares efectuadas por fuerzas españolas desde la guerra del Rif, que significaron además el comienzo del deshielo del aislamiento militar y político español.
Creo, pues, que lo antes expuesto resumidamente es
algo más que lo que se dice en los artículos mencionados.
Ya se que “del dicho al hecho hay mucho trecho” y que “unos hacen la historia y otros la cuenta”, y también se
que lo publicado está tomado del nº 798 de “Ejército” y
que esa revista y otra y otras publicaciones del mismo
origen ignoran frecuentemente a los paracaidistas del
Aire, veteranos desde 1948 de dicha especialidad, ignorancia
que sólo puede ser alcanzada a falta de información
–de la que el propio E.A. es en parte responsable–
ya que es impensable que para realizar de
ciertas Unidades de un Ejército se rebajen o ignoren
las de otros, máxime cuando los paracaidistas
del E.T. se bastan y sobrar, sin ayudas ajenas, para
alcanzar su fama hasta ese cielo del que bajamos
en común todos los “paracas”.
Ahora con mis 88 años de edad y mis 71 de servicio,
33 de ellos de General, me sigue sorprendiendo
y me sigo preguntando las razones del
contraste entre el respeto y cariño de los paracaidistas
de las Unidades del E.T. hacia sus colegas y
hermanos mayores del E.A. y el despego y frialdad
de ciertos escalones superiores. Llevábamos
en 1954 seis años y 25.000 saltos efectuados en Alcalá
cuando apareció por aquellos lares el Comandante
Payás con sus muchachos: Les dejamos
nuestros paracaídas para saltar durante meses, les
pasamos todas las normas, instrucciones y directivas
que habíamos tenido que “inventar” ante la
falta de información exterior e incluso nacional, les
hicimos participes de